sábado, 28 de enero de 2023

MARIONETAS Y PONZOÑA

 

 


Sería prolijo transcribir aquí el contenido íntegro de la charla informal con Francisco Llinares de enero de 2023. Se incluyen por tanto vínculos al pódcast y algunos otros de utilidad.

Entrevista, resistencia, disidencia, plandemia y antiglobalismo. Ea.


Francisco Llinares es autor de los libros
Manual de instrucciones del cuerpo humano

y Análisis técnico profesional

Su blog sobre temas económicos es este

y este es el blog cuya lectura te alejará de los engaños oficiales y te curará


Canal infovacunas , para 

jueves, 12 de enero de 2023

SE LES VE EL PLUMERO

 

 Se asustan del aire que les rodea. Siempre tienen una excusa para no luchar por la libertad.

Fela Kuti

[1]

 

 

 

 TEMPLANZA


EPISODIO CUADRAGÉSIMO


SE LES VE EL PLUMERO


Es de agradecer la declaración de las intenciones de los sujetos violentos que pretenden subvertir el orden social. En este caso, portavoces no oficiales de la OTAN admiten abiertamente que se está desarrollando una guerra, que el enemigo que quieren batir es la libertad de opinión y que el campo de batalla son las mentes humanas.
Algunos aún creen que la concatenación de hechos que se inició a mitad de marzo del año cero y que ha prolongado los desastres hasta la actualidad es meramente casual.
A continuación voy a limitarme a leer textualmente el documento elaborado por la Universidad Johns Hopkins, que como sabemos es la responsable de poner en marcha la plandemia participando en el evento 201 y del Imperial College, autor de los errados pronósticos que preveían cientos de millones de muertos y que sirvieron de coartada para el golpe de Estado global que padecemos.
Todo lo que menciono a continuación figura palabra por palabra en el documento:

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Contrarrestar la guerra cognitiva: concienciación y resiliencia

[2]
    - Universidad Johns Hopkins e Imperial College de Londres
    - 20 de mayo de 2021

El uso cada vez más extendido de los medios de comunicación social, las redes sociales, la mensajería social y las tecnologías de dispositivos móviles está permitiendo ahora un nuevo terreno: la guerra cognitiva.

En la guerra cognitiva, la mente humana se convierte en el campo de batalla. El objetivo es cambiar no sólo lo que la gente piensa, sino cómo piensa y actúa. Si se libra con éxito, moldea e influye en las creencias y comportamientos individuales y de grupo para favorecer los objetivos tácticos o estratégicos de un agresor. En su forma extrema, tiene el potencial de fracturar y fragmentar a toda una sociedad, de modo que ya no tenga la voluntad colectiva de resistirse a las intenciones de un adversario. Un adversario podría someter a una sociedad sin recurrir a la fuerza o a la coerción.

Pueden lanzarse varias campañas sucesivas con el objetivo a largo plazo de perturbar sociedades o alianzas enteras, sembrando dudas sobre la gobernabilidad, subvirtiendo los procesos democráticos, desencadenando disturbios civiles o instigando movimientos separatistas.

Conviene señalar que la información falsa o las noticias falsas no son necesarias para lograr los objetivos de la guerra cognitiva. Un documento vergonzoso del gobierno, pirateado desde la cuenta de correo electrónico de un funcionario público, filtrado anónimamente en un sitio para compartir en redes sociales, o facilitadp a grupos de la oposición en una red social, es suficiente para causar disconformidad.

Un ejemplar en papel de tu periódico favorito no sabe qué noticias prefieres leer. Pero tu tableta sí. El anuncio que viste en el periódico no sabe que fuiste a la tienda a comprar lo que se anunciaba; tu teléfono inteligente sí. El editorial que leíste no sabe que lo compartiste con entusiasmo con algunos de tus amigos más íntimos. Tu sistema de redes sociales sí.
Nuestras aplicaciones de redes sociales rastrean lo que nos gusta y creemos; nuestros móviles rastrean dónde vamos y con quién pasamos el tiempo; nuestras redes sociales con quién nos asociamos y a quién excluimos. 

Una solución tecnológica especialmente útil podría ser un sistema de vigilancia y alerta de guerra cognitiva. Un sistema de este tipo podría ayudar a identificar las campañas de guerra cognitiva a medida que surgen y a seguirlas a medida que avanzan. Podría incluir un panel de control que integrase datos de una amplia gama de medios de comunicación social, mensajería social y redes sociales. Esto mostraría mapas geográficos y de redes que mostrarían el desarrollo de las presuntas campañas a lo largo del tiempo.

Algunas consideraciones clave para la OTAN en estos momentos son la mejor forma de asumir el liderazgo en la definición de los ataques cognitivos, cómo ayudar a los miembros de la Alianza a mantener la concienciación, y cómo apoyar infraestructuras de comunicaciones civiles más robustas y marcos de educación pública para mejorar la capacidad de resistencia y respuesta.


Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

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...y hasta aquí la cita del documento.


La OTAN, en resumidas cuentas, quiere seguir desarrollando operaciones de guerra cognitiva y sostiene que las muestras de disenso no deben permitirse, es decir, la opinión contraria a sus campañas debe ser silenciada por todos los medios y sus autores perseguidos como enemigos.

jueves, 5 de enero de 2023

VIAJE SONORO

 

 

Este es el texto que complementa lo narrado en el episodio trigésimo nono del canal de pódcast TEMPLANZA.

 

 

 

Aaron Copland. Suite «Our town» (Nuestro pueblo)


Claude Debussy.
«The maid with the flaxen hair» (La doncella de cabellos de lino)

El otamatone


El arpa de boca. El acompañamiento está hecho con la primera.


El kazoo o pito caña
 

Otras composiciones musicales mías o de las que ostento los derechos.


«En otro lugar»

El inconsciente colectivo y los monos del Japón
Inconsciente colectivo, entrelazamiento cuántico y campos mórficos

Armónicas: diatónica y cromática

La Saxony de Seydel

Toots Thielemans interpretando Verano del 42, de Michel Legrand


I was born under a WANDERING STAR, la primera canción que aprendí con la armónica, cantada por Lee Marvin



I n v i c t o

Mientras la noche me rodea
negra cual hoyo infranqueable
gracias doy al dios que sea
por mi alma inconquistable.

Ante la aciaga situación
con gesto firme, no he gritado,
y mi cabeza en la ocasión,
ensangrentada, no he doblado.

En este sitio de ira y llanto
teje el horror su velo oscuro
pero no causa mi quebranto
pues estoy cierto en mi futuro

No importa cuán dura la sentencia
ni cuán amargo sea el camino,     
el amo soy de mi conciencia,
el capitán de mi destino.



William Ernest Henley
Traducción de Juan Montero


I n v i c t u s

Out of the night that covers me,   
  Black as the Pit from pole to pole,   
I thank whatever gods may be   
  For my unconquerable soul.   

In the fell clutch of circumstance
  I have not winced nor cried aloud.   
Under the bludgeonings of chance   
  My head is bloody, but unbowed.   

Beyond this place of wrath and tears   
  Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years   
  Finds, and shall find, me unafraid.   

It matters not how strait the gate,   
  How charged with punishments the scroll,   
I am the master of my fate:
  I am the captain of my soul.

DESAVENENCIAS

 TEMPLANZA

Episodio .   .   .   trigésimo octavo





Sábado, 18 de diciembre. Año 2 de la Nueva Era.




«Efecto dominó. El humano es un ser que se reproduce no porque ame la vida sino porque ama verse reproducido en otras vidas».

Nemo de Nome
La senda invisible (libro inédito no por mucho tiempo)


Si las Pascuas son ya de por sí una ñoñez y un incordio, la parte de las comidas familiares supone el remate del fastidio y confirma la sinrazón general que en algunas celebraciones haya que estar contento porque lo marca el almanaque. En esta ocasión, como en tantas otras, primar lo gregario sobre lo individual debería obedecer al carácter de cada persona y desde luego la imposición de alegría por coacción social resulta una estupidez. Por ahora, y tal vez hasta el momento en el que algún suero biotecnológico haga un efecto completo, los estados de ánimo no dependen del gobierno, del santoral o las costumbres sino del fuero interno de cada sujeto, la afinidad personal también.


Toda familia es, en mayor o menor medida, disfuncional; las entelequias de la publicidad y las películas no existen. En los intereses amorosos y sensuales de los padres, que tratan de desarrollar un proyecto vital en pareja, los hijos, deseados o no, suelen terminar siendo una molestia y, en cualquier caso, ya que el interés de la prole es abrirse paso en la vida disfrutando y en libertad, a menudo se contrapone al de los progenitores. Este chirriante contraste suele mantenerse a regañadientes hasta la mayoría de edad, o hasta el primer trabajo [1] pero pasados esos límites de necesidad o de pereza, huelga prolongar situaciones impuestas de dominación y obediencia.


«Mientras vivas bajo mi techo», o frases similares llevan a pensar que la familia es, con demasiada frecuencia, un grupo que se basa en la autoridad más despótica e irrazonada y en la perpetua carestía de la vivienda, aunque sirva también como último recurso de supervivencia en situaciones de crisis. «Volver a la casa de los padres» es siempre la constatación de un fracaso, no se hace por cariño o cercanía, sino por necesidad extrema cuando no queda más remedio.


Lamento profundamente que mi visión se solape en este extremo con la de los infames globalistas, que serían muy felices si lograran su objetivo de suprimir las familias para poder atacar y controlar a los individuos a su antojo, pero lo mismo que no admito imposiciones en otros ámbitos, creo que los grupos humanos configurados en razón de afinidad y libre decisión funcionan mejor que los que están unidos por lazos de consanguinidad y dependencia económica. No puedo evitar pensar eso y la realidad porfía, facilitando evidencias en favor de este parecer.


Me agrada que durante las celebraciones paganas del Solsticio de Invierno, un reducido grupo de amigos se reúna para embriagarse, saciarse, ayunar o meditar, compartir confidencias, reír a mandíbula batiente y ponerse al día en las andanzas de unos y otros, pero cosa muy distinta es que, fundamentados en la más rancia tradición de mantener con puntales los edificios en ruinas, los núcleos familiares pretéritos vuelvan a encontrarse en entornos donde saltan chispas.


En las pasadas fiestas navideñas sucedió algo que tardará en olvidarse. Las familias senectas demostraron su verdadera naturaleza cuando atendieron más al dictado de la televisión que al cariño de sus propios hijos, a los que marginaron por no querer envenenarse o por no desear pagar tributo a la superstición y a la farmafia en la realización de quiméricas pruebas.


Me llegaron testimonios de cenas navideñas que se ocultaron a los miembros más sensatos o cuyo acceso directamente se negó en una maniobra tan mezquina como reveladora. Los  abuelos colaboracionistas, con bufanda y las ventanas abiertas, mascarilla entre plato y plato, cooperadores necesarios del régimen genocida que los diezma, compartieron mesa y mantel con mentecatos polimedicados e infectos pero lo mejor de cada casa quedó fuera.


Si ya en las precedentes navidades fui testigo de exultantes manifestaciones de alegría por parte de los hijos que por trabajar fuera de sus lugares de nacimiento se escudaron en restricciones y pretendidas olas para eludir la fastidiosa ceremonia de la hipocresía y el disimulo, en las pasadas se consumó la demostración de lo que ya era público y notorio: patriarcas y matriarcas expulsaron de su seno por sospechosos a ciertos miembros de su clan.


Y bien... ¿qué sucederá en estas celebraciones? ¿Tendrán los inquisidores la desvergüenza de simular que nada sucedió el año pasado? ¿Pedirán perdón al saberse ahora lo que desde el principio habían asegurado los científicos indedependientes, que todo había sido un engaño a cargo de farmacéuticas y políticos totalitarios? Mucho me temo que quien tuvo las pocas luces de abrazarse al pánico de esa impúdica manera no tenga ahora ni la inteligencia ni la humildad para poner las cosas en su sitio. Quienes sí lo harán serán los expulsados, los condenados al ostracismo, los vilipendiados e injuriados en cuyas manos reposará la decisión de terminar de una vez por todas con esta conmemoración farisaica.


-Este capítulo ha tenido el honor de contar con la colaboración del artista vocal y genial creador de guiones Alfredo Díaz-

 

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[1] O, en el caso de España, hasta alcanzar morbosos niveles de hastío en la cuarentena o cincuentena de los talluditos retoños,