
Triste es decirlo, pero no hay cosa que haya que demostrar con más vigor y tenacidad que la evidencia. La mayoría de los hombres no tienen ojos para ella. Y ¡es tan aburrida la demostración!
Friedrich Nietzsche. Aurora.

Qué opinarías de alguien que se reúne con sus amigos para pasar un buen rato, que da unas cuantas caladas a un porro y se hace unas fotos fumando.
De acuerdo con lo políticamente correcto, es decir, con la vulgarización que sobre la realidad ofrecen los medios de comunicación, fumar marihuana es malo, induce pérdida de memoria, acerca a submundos de incontables peligros y es a fin de cuentas incompatible con comportamientos decentes y saludables.
Bueno.

Qué opinarías de alguien que parece superar los límites físicos de lo humanamente posible, que dedica al entrenamiento deportivo prácticamente todo su tiempo, que nada 80 Km cada semana, que se somete voluntariamente a todo tipo de controles antidoping y que ha batido en consecución de medallas las marcas olímpicas de todos los deportistas hasta la fecha.
Parece que sería necesario al menos otorgar algo de reconocimiento público a este sujeto y que tal comportamiento sería digno de cierta admiración.

Pues bien, el problema es que si las dos personas que he descrito son una sola los intereses comerciales de las marcas y la estupidez mediática entran en juego. No es posible ya una toma de posición de compromiso.
Michael Phelps choca contra los intereses de imagen de la marca Kellogg´s y así otra vuelta de tuerca se opera para desvanecer lo evidente y para hacer que las declaraciones afectadas e hipócritas se ciernan sobre él.